Gregorio Pérez Companc es el único
argentino que figura en la lista de los hombres con fortunas superiores a los
1000 millones de dólares. Este empresario multimillonario y magnate argentino
es, actualmente, el accionista mayoritario de la empresa de alimentos Molinos
Río de la Plata. Lo motivó a crear dos negocios
de mediana envergadura: Munchi’s y Temaikén. El primero es una red de
heladerías que prepara sus cremas exclusivamente con leche de vaca Jersey
Lawrence J Ellison, conocido como Larry Ellison, tiene 56 años y es el fundador y figura principal de la empresa informática “Oracle. Su buena fortuna se debe su talento y a su capacidad estratégica, pero en gran parte también a la más pura casualidad, ya se sabe, estar en el momento adecuado y en el sitio oportuno: cuando estaba trabajando para Ampex, ya en Silicon Valley, se le asignó el proyecto de diseñar una enorme base de datos para la CIA. El nombre del proyecto, que acabó siendo un desastre. En cambio, las exitosas andanzas de la empresa que nació en 1977 de este proyecto fallido ya son historia. Fundada junto a Bob Miner, el cerebro detrás del desarrollo de la base de datos actualmente casi todos los principales sitios web del mundo funcionan con el software de bases de datos de Oracle Corporation
Si hablamos de las personas que se
hicieron a sí mismas, Henry Ford es el paradigma por excelencia. Después de que
terminó de cursar los estudios primarios, sus padres decidieron que lo mejor
para él era que comience a trabajar en la granja familiar en lugar de que
prosiga con sus clases en la escuela. Ya desde temprana edad, el
pequeño Henry manifestó su afición por la mecánica y, mientras cumplía con sus
labores en la granja, se pasaba gran parte del día en un taller que había
improvisado dentro de la propiedad. Su padre deseaba que continúe en la
administración de la granja familiar, cosa que no estaba en los planes del
joven Henry. Y así fue que a los 17 años, y en contra de los deseos de su
progenitor, entra como aprendiz mecánico en una fábrica. En menos de un año,
aprendió todo lo necesario y creyó que la mecánica ya no tenía secretos para
él.
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